
¿Qué chico debería darte? - preguntó Dios a la mujer.
Quiero a alguien decisivo, como un capitán de barco". Rueda de pecho. Barba y pipa en dientes fuertes. Uno en el que puedes confiar. Estará de pie en la cubierta, con las piernas bien abiertas y su rostro bronceado y comido por la sal expuesto al rocío del océano.
“Está bien”, dijo Dios.
- Pero al mismo tiempo debería ser inteligente y no aburrido, y debería resultarme interesante charlar con él sobre diversos temas filosóficos.
“Mujer”, respondió Dios, “así no sucede”. O es decisivo, lo que implica estrechez de miras y estrechez de miras. O inteligente, que implica desconfianza y reflexión dolorosa. Bueno, ¿dónde has visto a un sabio decisivo? La decisión y la categórica son propiedades de tontos pomposos que no dudan de su exclusividad.
"Está bien, entonces quiero un amante hábil que haga milagros en la cama, que me ame, me adore y me bese los pies".
“Está escrito”, respondió Dios.
“Pero al mismo tiempo, no me gustaría que se fijara en mí, como el patético Pierrot, para que sus sentimientos no me pesaran”.
- Mujer, pues eso no pasa. O no le importas, y este hombre puede engañarte fácilmente, sin apreciarte y sin pensar un poco, y su manifestación de sentimientos es un juego de habilidad, característico de cualquier libertino espectacular. O está realmente enamorado perdidamente, pero ese amor le provoca una contemplación sospechosa, un sufrimiento doloroso, unos celos inquietos y una profunda angustia mental.
- Mmmm. Entonces no lo hagas. Mejor hazlo para que sea increíblemente rico e increíblemente generoso. Después de todo, la generosidad es lo principal que atrae a toda mujer en un hombre.
Dios se rascó la calva y dijo:
“Escucha, mujer”. Bueno, ¿qué estás diciendo? Bueno, ¿cómo puede una persona ser generosa y rica al mismo tiempo? Después de todo, la generosidad implica el deseo de compartir tu riqueza con los demás. Una persona generosa nunca podrá acumular nada, y si consigue riqueza por accidente, rápidamente la perderá. Tus deseos son internamente contradictorios; constantemente quieres lo que no puede existir en la naturaleza. Así que lárgate de aquí, mujer.
Dios cerró el Libro y puso fin a la audiencia.
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